No Desperdicie Comida- Puede Costarle Mucho Dinero.

En el mundo occidental, malgastan una enorme fortuna cada día. Aunque no vemos gente a diario prender fuego al dinero fruto de su trabajo, sabemos que alrededor de un tercio del alimento, en el que gastamos nuestro valioso dinero, entra a una cesta de basura.

Con los estilos de vida tan ocupados que la mayoría de gente afronta en la actualidad, es difícil comprar alimentos. La mayoría de las personas permanecen una gran parte del día en el trabajo, usualmente sólo tienen tiempo para almorzar y es muy probable que el único tiempo libre para comprar alimentos sea después del trabajo, justo cuando están hambrientos y cansados, ese es el peor espacio de tiempo mental para comprar alimentos. Como consecuencia, están tentados más fácilmente a comprar artículos que no comprarían normalmente. El problema de esto es que terminan con la despensa y el refrigerador llenos de alimentos que no serán usados.

Generaciones pasadas no desperdiciaban alimentos de la misma forma que nosotros; ellos cultivaban sus propias frutas y vegetales, usaban cortes de carne que nosotros no pensaríamos usar, horneaban sus propios panes y pasteles y guardaban todos los sobrantes. En muchos casos, ellos asaban un pedazo de carne grande el domingo y usaban los sobrantes  para comidas el resto de la semana. Tenían poco dinero pero mucho tiempo. Hoy, para la mayoría de gente, el tiempo es una comodidad intangible, pero si nosotros queremos evitar desperdiciar alimentos perfectamente buenos, al final de cada semana, necesitamos reorganizar el tiempo que tenemos.

Los alimentos que desperdiciamos, no están evidentemente limitados a la basura, como huesos de carne, cascaras de frutas y vegetales – también, aparte de los huesos, estos desperdicios pueden ser puestos en la cesta de fertilizantes para uso futuro – esto incluye artículos que no necesitan ser desempacados – cosas como yogurts, jugos de fruta, y hasta leche. Constantemente dejamos alimentos olvidados en la parte trasera del refrigerador por que no encontramos un uso inmediato para esos ellos. Eventualmente, estos alimentos también terminan en la cesta de la basura.

Con muy poca planeación, se puede trabajar en estrategias que aseguren el uso de todo lo que se compre. En lugar de correr alrededor del supermercado, seleccionando varios productos, se puede hacer una lista para adquirir sólo lo que se requiere, una planeación para la semana. 

Comprar carne que no va a ser usada es uno de los más grandes errores, porque la carne es muy costosa. En caso de comprar una gran cantidad de carne, es recomendable porcionarla y guardarla directamente en el refrigerador separada para que no se deteriore con rapidez.  Lo mismo va para esas ocasiones especiales en las que es fácil encontrar ofertas en el departamento de carnes, se debe aplicar el mismo consejo y así no desperdiciará alimentos.

Tener el hábito de pensar en las comidas del día, la noche anterior, asegurará tener a tiempo los ingredientes que se necesitan del congelador, preparar en la mañana, antes del trabajo, los vegetales necesitados para la comida de la noche, significaría que se tiene todo listo para empezar una comida tan pronto como llegue a casa. Esto será un verdadero lujo en los días en que inesperadamente tenga que hacer tiempo extra en el trabajo.

También se puede ahorrar dinero observando cuanta comida queda en los platos. Si las porciones de comida servidas que quedan son muy grandes, se sabrá que es necesario reducirlas. La familia seguiría recibiendo suficiente comida y usted pronto empezará a notar cuanto más le rinde su reserva de alimento. Si usted encuentra difícil reducir la cantidad de comida que usted  prepara, use el exceso de comida para hacer otra comida, sírvala y guárdela en el congelador, esto proveerá una comida de emergencia para un miembro de la familia que llegue tarde a casa del trabajo o la escuela.

Cuando usted haya terminado de servir, piense sobre que puede hacer con alguna comida que le quede. Pequeñas porciones pueden ser incorporadas en otras comidas; por ejemplo, repollo sobrante puede ser combinado con papas cocinadas para hacer otra comida, o tomates cocinados pueden convertirse en parte del plato de pasta de la noche siguiente.

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Nuestros abuelos no considerarían tirar comida en la cesta de la basura. Ellos hicieron mejor uso de todo porque era mucho más difícil progresar que hoy en día. Nosotros tenemos tiendas abiertas 24 horas al día, congeladores y refrigeradores y una inmensa cantidad de materiales alternativos para empacar y guardar nuestros alimentos. Ellos no tenían ninguno de nuestros lujos, lo que significa que ellos tenían que comer cualquier comida que hubiera disponible, lo imaginaran o no.

Nosotros ya sabemos el costo a nuestro bolsillo que tiene comprar de más, pero también hay un  costo para el medio ambiente, la mayoría de los alimentos que comemos tienen que ser transportados a un lugar de preparación y procesamiento, después tienen que ser transportados a nuestras tiendas. Nosotros podemos contribuir un poco para mejorar el costo de todo esto para el medio ambiente, si nosotros fuéramos más cuidadosos de como usamos los alimentos que compramos. Si paramos de desperdiciar mucho de los alimentos, los beneficios para nosotros, para nuestras familias, para nuestras finanzas y para el medio ambiente, sería enorme.

Planee antes de ir de compras, piense antes de comprar, use y guarde apropiadamente; su nueva relación con los alimentos estará ahorrándole dinero muy pronto.